Mérida es una ciudad sorprendente sin duda, no sólo por sus monumentos romanos sino por la calidad de sus productos y la alegría de sus gentes.
Recuerdo especialmente un bar de tapas situado en una de las calles de bajada del anfiteatro. Nos gustó muchísimo, pedimos una ronda grande y nos pusieron una bandeja con bastantes tapas y bien surtidas además.
No recuerdo ninguna en concreto, estaban todas muy buenas, pero por su puesto, no podéis iros de allí sin probar el jamón ibérico de bellota.
Aquí tenéis la ubicación:
La Dehesa del Castúo
No hay comentarios:
Publicar un comentario